Se trata de la primera gran operación de viviendas sociales en la ciudad y uno de las más importantes operaciones arquitectónicas y urbanas de la modernidad gaditana. Se asienta al norte del centro histórico de la ciudad, en un solar de planta aproximadamente triangular delimitado por las calles Atalaya al sur, de Pizarro al este, y de la Plata al oeste.

En la base de la propuesta urbana se encuentran dos experiencias europeas fundamentales: por un lado, los ensayos más radicales de las siedlungen alemanas de los años 20: una implantación limpia de baterías de bloques lineales de cuatro plantas, dispuestos en paralelo según una rigurosa orientación solar. A diferencia de la radicalidad arquitectónica de las siedlungen, la incorporación en La Plata de elementos de extracción popular logra humanizar el abstracto espacio de la ortodoxia moderna. En segundo lugar, se establece una referencia clara a la experiencia de los höfe vieneses, y en concreto al Karl Marx Hof, por su capacidad de organizar espacios interiores comunitarios segregados de la calle, a los que se accede solamente tras el franqueo de puertas urbanas que atraviesan la edificación.

Dos calles principales, José de Arce y Fernando de la Cuadra, atraviesan el barrio de este a oeste. Perpendicularmente a ellas, las calles Arrumbadores, Albarizas (continuada en Pedro Estupiñán), y Alcalde Junco (continuada en Jeronín), conforman una red viaria secundaria, que alterna de forma sutil los recorridos rodados y los peatonales. Sobre esta trama, los bloques de viviendas se alinean en una dirección aproximada este-oeste, ofreciendo sus accesos al norte, y sus estancias principales hacia el sur.

En los extremos de las fachadas meridionales de cada uno de los bloques, dos viviendas en planta baja dispuestas perpendicularmente consiguen fragmentar sin cerrar el espacio abierto, generando una rica estructura de recorridos de tráfico y peatonales que a través de filtros sucesivos como la apertura de huecos de paso, o la inclusión de cuerpos de menor altura, conducen desde el ámbito urbano al patio comunitario, como antesala de la privacidad familiar. Este módulo de bloque y patio comunitario se dispone de manera repetitiva en una matriz implacable, que solamente se altera al llegar a los bordes sur y oeste del barrio y en las calles José de Arce y Fernando de la Cuadra, que lo atraviesan por la mitad. A lo largo de estas vías y conformando estos bordes, se suprime el espacio comunitario, si bien los bloques disponen de un espacio privado anexo a la fachada sur.

Los equipamientos se sitúan fundamentalmente al este, con la iglesia, la escuela y el mercado, que resultan ser los puntos más adecuados para conducir la actividad del nuevo barrio al tejido urbano. Las evidentes referencias históricas, tipológicas y formales, refuerzan el papel simbólico de estos edificios: mientras que el mercado es una muestra de la apatía expresiva de la arquitectura autárquica, la escuela se sitúa en el extremo opuesto, con su exagerada portada de piedra de reminiscencias tardogóticas, que lleva la impronta del águila imperial de Isabel la Católica. Entre ambos extremos, la iglesia se muestra como un intento de depuración de formas y espacios tradicionales, anticipando las posteriores exploraciones tipológicas de los pueblos de colonización.

Dirección

Nuestra dirección:

C/ Pizarro, Jerez de la Frontera

GPS:

36.6929002243056, -6.140032619986414

Cómo ir
Autor/es

Fernando de la Cuadra e Irizar

Fecha de proyecto

1940

Fecha de ejecución

1940

Fuente

RAAC

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Implantación
Sostenibilidad
Ejecución
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