Los edificios de vestuario y restaurante forman parte de un amplio complejo reactivo y social desarrollado por fases a las afueras de la ciudad. La naturaleza del programa de usos y su situación entre lo urbano y lo rural invitan a una ocupación de baja densidad y disgregada que el proyecto de restaurante y vestuarios asume mediante una composición abierta con módulos cuadrados que buscan una relación dinámica con su entorno.
La estructura y cubierta de estos módulos es lo que permite identificarlos como tal. En los corrimientos de los mismos, en cambio, se busca producir un contraste de materiales cuyo sentido último deriva de su uso específico. Los vestuarios, cerrados sobre sí mismos, opacos y blancos, el restaurante, abierto, vibrante y transparente bajo celosías de lamas horizontales.