El club náutico se sitúa en el área de la zona franca del puerto de Cádiz, y goza de una posición privilegiada por ser el primer edificio de la ciudad que se contempla desde su acceso desde el puente León de Carranza, en una franja de tierra que conecta el arranque del mismo con el istmo de Cortadura.
El complejo cuenta con puerto deportivo, club, almacén de barcos y escuela de vela (hoy residencia) y se divide en tres edificios, el primero de los cuales, al este, alberga las dependencias administrativas del club y los usos públicos, y presenta una traza de planta poligonal. Los otros dos edificios: el almacén de embarcaciones y la escuela de vela en el extremo oeste, son de planta rectangular.
Las tres piezas presentan una fachada homogénea de ladrillo visto hacia la carretera, en la que se abren ocasionalmente pequeños huecos en la planta baja. Por el contrario, sus fachadas hacia el mar se muestran más permeables, estableciendo una sutil celosía de madera, ennegrecida por la brea, como cierre de un pórtico de doble altura, también de madera, que unifica las tres piezas. Las cubiertas de teja se convierten asimismo en rasgo material unificador de los tres edificios.
La pieza que ocupa la posición este resuelve los accesos al conjunto, tanto de embarcaciones a través de la puerta de doble altura, como de los visitantes, que en su recorrido contemplan un recogido y bello patio, revestido de ladrillo y poblado por palmeras. A partir de este acceso peatonal, la geometría estructural cambia, y el edificio asume una mayor complejidad de manera brillante, pasando del paralelismo de los pórticos a la isotropía triangular de la malla, que dibuja el ángulo agudo con el que el edificio abraza el embarcadero. El volumen del club adquiere así mayor carga representativa: la traza lineal del conjunto se despliega, a la vez que aumenta en altura hacia el extremo oeste, como gesto hacia el espacio abierto de la bahía.