El antiguo consorcio se localiza en el extremo de la península de Sancti Petri, en el caño del mismo nombre: un paisaje caracterizado históricamente por la presencia de las salinas y la almadraba. Un emplazamiento que resultaba a todas luces privilegiado para el establecimiento en el mismo de la flota atunera del Consorcio Nacional Almadrabero, la industria asociada a la pesca del atún, así como a un asentamiento para pescadores y trabajadores.
El acceso se realiza desde la carretera que llega desde el sur, que en su prolongación conducía, a través de un paseo arbolado, hasta la punta norte de la península. Este paseo se divide en tres tramos por la intersección de dos calles perpendiculares al mismo, que conducen al borde oeste de la península. Completando el trazado viario, una carretera bordea la lengua de tierra.
En el primer tramo de este paseo, yendo de sur a norte, se localizan a ambos lados las viviendas de los trabajadores, de una planta de altura y adosadas en sus lados cortos, conformando una fachada continua tras la cortina arbolada que definen los pinos. A espaldas de las casas situadas en el lado oeste del paseo, se localizaba originariamente la chanca, que se extendía hasta el borde occidental de la península.
El segundo tramo de este paseo cambia de alineación, posibilitando la apertura de un espacio público que sirve de rótula, abierto hacia el mencionado borde occidental. Asimismo, la vegetación cambia, y los pinos del primer tramo dan paso a una enfilada de palmeras. Este tramo se encuentra marcado por la presencia de la iglesia (actualmente capilla de N. S. del Carmen) en el lado este, de una nave y con una sencilla espadaña que sirve de campanario. En la manzana frente a la iglesia se localizaba originariamente el colegio de la localidad, actualmente destruido.
Hacia la calle que divide el segundo tramo del tercero se volcaban originariamente los comercios del poblado. En la intersección entre la calle y el paseo se encontraba el edificio del ayuntamiento y el casino, actualmente desaparecido. Hacia este extremo del paseo, poblado de nuevo con pinos, se abren los patios de los edificios de cuartos de redes, actualmente en estado ruinoso.