Los diferentes usos que considera el programa: edificio de control, edificio de servicios, locales comerciales y cuartos de redes, se dispersan por las instalaciones del puerto. El edificio de control se sitúa en una posición de dominio visual de la bocana del puerto, y en torno a él se organizan las diferentes dársenas; la del puerto pesquero al norte, en paralelo al espigón de defensa; y las dos del puerto deportivo, a la menor al este y la mayor al oeste. Los edificios de servicios y locales comerciales se localizan alrededor de la dársena pequeña del puerto deportivo, mientras que el de los cuartos de redes se sitúa en el mencionado espigón de defensa, junto al puerto pesquero.
Frente a la variedad de usos, desde el proyecto se establecen procedimientos de control visual y formal, que procuren una cierta heterogeneidad y unidad a entornos de gran extensión, generalmente marcados por la proliferación de edificaciones inconexas. En lo relativo a la materialidad, el empleo de celosías prefabricadas de hormigón armado en fachada sirve para la resolución de cuestiones diversas; piel blanca y fría que procura el oscurecimiento de las estancias y la ventilación. En lo relativo a la composición, la búsqueda intencionada de la horizontalidad se consigue a través de una lógica de apilamiento, totalmente acorde con el empleo del prefabricado, que requiere de una estricta modulación, repetida en todas y cada una de las piezas del conjunto.
El edificio de control, de dos alturas, sirve para marcar las pautas que se siguen en el conjunto. En primer lugar, la planta de control se eleva sobre una pequeña pieza desplazada, que libera un porche de generosas dimensiones que cuenta con dos pantallas de hormigón armado como únicos apoyos. Sobre este porche, el volumen sencillo se caracteriza por la presencia del prefabricado, que cubre sus cuatro fachadas y se rasga en un hueco horizontal alargado en tres de ellas, que surge por la eliminación de una hilada de prefabricado. Lamentablemente, el alarde estructural del porche hoy día ha quedado completamente desvirtuado por su cerramiento para la provisión de espacio extra de oficinas.
Al sur de la dársena del puerto deportivo se localiza el primer edificio de servicios, de dos plantas, y el edificio de locales comerciales, de una planta. El edificio de servicios sigue una lógica similar al de control, liberando un nuevo porche de mayores dimensiones, y abriendo un hueco alargado, también de las dimensiones de un panel de celosía, en tres de sus cuatro fachadas, que se revisten completamente con la misma pieza de hormigón prefabricado. Originariamente, la planta superior contaba con una generosa terraza tras la celosía orientada hacia la dársena, que actualmente está cerrada y cubierta. El edificio de locales comerciales se separa a través de una grieta mínima, de dimensiones iguales a la de una pieza de prefabricado, del edificio de servicios. Debido a su función, se procura una mayor transparencia con cerramientos de vidrio y carpintería de aluminio gris, elevándose el cerramiento de hormigón prefabricado en una pieza horizontal que en un extremo, vuela hacia el edificio de servicios, y en el otro, baja hasta el suelo para albergar locales cerrados.
El segundo edificio de servicios se construyó posteriormente, al este de la dársena pequeña, y repite el esquema del primer edificio de servicios, aunque el porche en planta baja se encuentra completamente ocupado y el hueco de la planta primera surge por la sustracción de media pieza de prefabricado, y no una como en el resto de edificios.
Por último, el edificio destinado a albergar los cuartos de redes aprovecha las características de la pieza prefabricada para obtener la necesaria ventilación de redes y aparejos. Su composición en planta es tan sencilla como efectiva: se parte de un módulo mínimo de 3×3 metros de superficie, que se agrupa en unidades de ocho módulos, en piezas de 6×12 metros en planta que se revisten en sus cuatro lados con la pieza prefabricada. Un total de 14 piezas se disponen paralelas entre sí, dejando corredores abiertos de separación de una anchura de tres metros. Estas piezas quedan unidas por una cubierta de 80 centímetros de canto, que parte de un local de reparaciones en el extremo oeste del edificio, y que vuela tres metros en su extremo opuesto, como en una promesa de futura extensión de las instalaciones.