El edificio asume una posición comprometida dentro de una realidad urbana dual: de un lado, la avenida principal de la ciudad, debiendo dar respuesta al desencuentro entre alineaciones de planeamiento y edificaciones existentes; por otro, una calle de nueva formación frente a una amplia zona ajardinada.
La propuesta organiza el complejo programa en dos cuerpos diferenciados. Se disponen los distintos espacios docentes y sala de lectura, hacia la fachada suroeste en la búsqueda de una mejor orientación y protección de los ruidos que genera la densa circulación de la avenida. Hacia el nordeste -la avenida- dependencias administrativas, despachos, departamentos y dirección se agrupan en un volumen único que actuará como filtro. Ambos cuerpos quedarán separados por una fisura de iluminación que baña las galerías de circulación y que se funde en los niveles inferiores con un espacio único a doble altura vinculado a las zonas de relación (salón de actos, vestíbulo y cafetería). En planta baja el edificio se transparenta de lado a lado, permitiendo desde el acceso principal de la avenida la visión de las zonas ajardinadas de la calla posterior.
Se conciben las plantas inferiores a partir de este espacio integrador destinado a facilitar la lectura del edificio. Tendrá un carácter público, entendido como prolongación natural del orden urbano.