Situada en la Zona Franca del puerto de Cádiz, se trata de una de las tres plantas que la empresa harinera Villafranquina tiene repartidas por la Península, destinada a la producción de harinas y a la preparación de trigo para la exportación. Por su capacidad de producción y almacenamiento, esta instalación es la más importante de su clase en Europa.
El edificio se sitúa en inmediata proximidad a la bahía, contando con un atracadero propio en la dársena de la zona franca de Cádiz, en el que se localizan las instalaciones de carga. El edificio principal de la harinera se sitúa en el extremo norte de las instalaciones. Con una longitud aproximada de 150 metros y una altura de diez plantas, su volumen rotundo se ha convertido, desde su construcción, en uno de los hitos visuales más reconocibles del perfil de la ciudad hacia la bahía.
La estructura y organización del edificio se resuelven de manera absolutamente pragmática y dictada por las necesidades de producción. El volumen de este edificio queda determinado por la presencia de las baterías de silos, que se muestran vistos hacia el exterior. El bloque de producción del edificio, de diez plantas de altura, cuenta con una batería de 4×8 silos en su extremo sur, y de 4×4 silos en su extremo norte. Entre ambas baterías, se desarrolla la fábrica propiamente dicha, que responde al modelo de pisos. La fábrica abre huecos horizontales en su cerramiento de paneles prefabricados de hormigón armado.
En el extremo norte del bloque de producción se localizan los silos de almacenamiento, de mayor altura y diámetro que los mencionados. Construidos iguales que éstos mediante secciones prefabricadas de hormigón armado, forman una batería de 4×7 silos. La conexión entre el bloque de producción y estos silos se realiza a través de un núcleo de comunicaciones verticales, de mayor altura, que abre huecos circulares hacia la dársena de la Zona Franca.