La posible rectitud de la trama urbana se hace maleable con las pendientes del terreno, de modo que el eje principal o calle Mayor se curva ofreciendo perspectivas sesgadas hacia el paisaje ondulado del entorno.
El enclave de la plaza e iglesia se sitúa en la parte más alta, exento al rectángulo de la trama residencial. La manzana central de casas se descompone según una falla central, provocando de ese modo que un par de calles transversales se abran o expandan según espacios urbanos más cualificados.
La plaza, con soportales en ágora de tres lados, está presidida por la iglesia, cuyo campanario se conforma por dos planos verticales y ortogonales, tangentes a la escalera exterior en caracol. Las rejas de las ventanas, versión estilizada de las tradicionales, dotan al poblado de cierta característica personalizada.
