El Paseo del Gran Capitán donde se sitúa la casa, cuya reutilización constituye el objeto de este proyecto, se realiza en el intervalo de los años 1836 y 1865.
El encargado del proyecto de la casa se hace al Arquitecto Adolfo Castiñeira Boloix en el año 1907. Castiñeira es el introductor en Córdoba del estilo modernista.
Se trata de una edificación exenta, de esquina a dos calles, con dos cuerpos diferenciados, tanto en el interior como en el tratamiento ornamental de la fachada, comprendiendo entre ambos un jardín y un patio interior. El cuerpo principal tiene dos plantas y un semisótano, el segundo destinado a vivienda de portero y cochera sólo dos plantas. Al fondo del jardín existía un local de una sola planta destinado a sala de billar y recreo, en un cuerpo adosado al muro, de una sola altura.
El edificio se construye a base de muros de carga, de mampostería con verdugadas de ladrillo, forjados con viguetas metálicas, estructura de cubierta de madera y cubrición con teja curva.
En el programa para la nueva Sede se incluían dependencias para el trabajo de oficinas, espacios para atención a los colegiados y otros para relación y actos culturales. Los primeros se situaron en la planta principal, los segundos en la planta primera. Para los actos de relación y culturales, al no disponer en la edificación original de espacios diáfanos suficientes, se hizo necesario un cambio de morfología, tomando como base el patio de servicio, ampliándolo con las cocheras y con el pabellón situado al fondo del jardín.
